El cine, que nació en 1896, se ha dedicado a retratar de
manera sistemática y con resultados dispares los momentos históricos de
Argentina como Nación. Ya desde sus inicios el cine argentino estaba ávido de
sucesos y acontecimientos que tuvieran que ver con la historia de nuestros
orígenes. La primera película argumental que se filmó en el país, así lo
confirma.
La Revolución de Mayo de Mario Gallo cuyo
estrenó oficial fue el 22 de mayo 1909, se realizó como adelanto de los
festejos del centenario de la patria.
El film tiene un lenguaje
emparentado con el del cine francés de su tiempo. La acción es eminentemente
teatral, los decorados pintados en telones (el Cabildo flamea al soplar el
viento), la cámara toma el lugar de un espectador y la narrativa queda a cargo
de los intertítulos, funcionando la imagen a la manera de la ilustración de un
texto.
Al ser Gallo un inmigrante italiano, es natural que sus films utilizasen
las formas de lenguaje que imperaban en ese momento en Europa, y resulta
interesante que la elección argumental se inspirase en hechos de la historia
argentina.
Insólitamente hoy se conserva una copia de esta película encontrada,
casi de casualidad, en 1960 entre un montón de latas viejas. La misma fue restaurada
por APROCINAIN y hoy puede ser disfrutada nuevamente.
Desde la película La Revolución de Mayo ,
filmada por Mario Gallo en 1909 para conmemorar el centenario del primer
gobierno patrio, el cine argentino ha reflejado diversas versiones sobre los
hechos y personajes históricos más destacados. El interés por narrar la
historia, evidente también en otros films argumentales como El Himno
Nacional (1909), La batalla de San Lorenzo (1912) y Episodios
de San Martín (1912), continúa hasta la actualidad, con variados
enfoques y estéticas.
Los 23 de Mayo se celebra EL DÍA DEL CINE ARGENTINO, porque un día como ese de 1909 se estrenó “LA REVOLUCIÓN DE MAYO”.
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